jueves, 17 de marzo de 2022

Narcovideos: apología del delito que descargan millones...

Recomiendo, antes de entrarle al texto, escuchar el video, para que se entienda la argumentación. 

Ni siquiera hay que dejarlo todo, con el primer minuto uno se da cuenta de lo que se trata:





De acuerdo con la agencia de inteligencia digital Metrics, ayer y hoy ha estado como tendencia principal de video en YouTube uno titulado, Así es la vida, del Grupo Firme, cuya narrativa lírica y visual corresponde a una célula de algún cartel de drogas en el país, que está encargada de salvaguardar una plaza, con sus caravanas de autos blindados, armas de todo tipo, y el mensaje de que la plaza se respeta y que ahí ellos mandan y no dudan en “bajar” a nadie. "Bajar" como sinónimo de matar.


En la rola mencionan que todas sus camionetas llevan de a tostón, que significa que están cargadas con metralletas calibre 50.


Se idealiza la vida de los sicarios como triunfadores con mujeres, armas poderosas y respeto social. “Probé esta vida y me gustó”


El video tiene mucha producción, se invirtió mucho dinero en él. No es como los primitivos narcocorridos que todavía llegan a pasar en Bandamax. 


Me sorprendió que esta franca apología de la violencia estuviera en las tendencias de redes hasta arriba con varios millones de descarga. 


Rascándole al tema resulta que es un grupo en efecto popular.  Lo oyen los muchachos de 18 / 25 años. Muchos adolescentes y ya no son los gordos de Sinaloa, sino tipos mas estilizados. Son batos más parecidos al Cartel de Santa o Santa Fe Klan. Puro narco... 


Próximamente se van a presentar en el Foro Sol contratados por Ocesa, así de jalón tienen.


Y el tema tiene varias aristas, ninguna nueva: ¿se vale hacer este alarde violencia? La apología de la violencia está penada por la ley. En la Constitución Política de México, en su artículo 6, señala que la libertad de expresión es un derecho fundamental y salvaguardado por el Estado, indica también que "la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público".


¿Se puede normalizar lo anormal? Este es un debate pendiente en medios de comunicación y en el arte


Desde hace quizá más de 30 años, los narco corridos y más recientemente las narco series de televisión presentan la vida de los criminales como emocionante, plena de lujos, placeres y riesgos. Son piezas aspiracionistas. Muchos chavos en América Latina las ven y quieren llegar a ser como ellos. El gancho es la ilusión de acceder a dinero  fácil.


En algunas plazas del norte del país los narcocorridos están prohibidos, lo que ha sido duramente criticado por quienes defienden la libertad del arte para plantear problemas sociales.


Desde mi punto de vista una cosa es retratar la realidad, con todas sus crudezas, como sucede con muchas películas, y otra exaltar estilos de vida que giran en torno a la muerte, a la sangre, al dolor, de adictos y sicarios por igual.


No es moralismo. No se trata de "bajar" este solo video. Debe haber cientos iguales. Creo que el país ha tocado fondo en materia de inseguridad y no debemos hacer que los criminales ganen también la batalla cultural, por la cual normalizarían su alterado estilo de vida.


Creo también que este tipo de expresiones están amparadas por el dejar hacer dejar pasar de la actual administración, que ha decidido dejar trabajar a los narcotraficantes, en aras de no desatar una guerra. El resultado ha sido que los criminales andan por el país a sus anchas, sabedores de que no habrá GN ni militar que les toque un pelo. Les da tiempo hasta de hacer videos carísimos, de autoexaltación.


Pienso que este pequeño botón de muestra más que reflejar un fenómeno musical de nuestros tiempos revela lo herido que está nuestro tejido social.



Aquí en audio mi comentario de hoy en la mañana en Radio Ibero, con Mario Campos, sobre este tema:




miércoles, 9 de marzo de 2022

Tomás Boy y las 4 mil semanas

 



Por estos días leo el libro "Cuatro mil semanas. Gestión del tiempo para mortales", de Oliver Bukerman, que se inscribe dentro de los libros de productividad personal y empresarial, pero con un enfoque disruptor. (No autoayuda, no babosadas)

Propone olvidarnos de las listas por hacer (List-to-Do), que sólo nos empelotan más con nuestros pendientes y sugiere que asumamos con realismo que somos mortales, que cada día no tiene más de 24 horas y que nos tenemos que resignar a que habrá cosas que deseamos hacer que nunca haremos, y en un extremo más radical, que hay mundos que no viviremos aunque los soñemos, por lo que tendemos que concentrarnos en lo más importante y en lo más radical de nuestra lista por hacer, donde no todo sea trabajo, sino que haya tiempo para nosotros mismos, para el ocio y para dormir.

Las 4 mil semanas son aproximadamente los 80 años que habremos de vivir en promedio, muchas veces menos, a veces muchísimo menos, no lo sabemos, porque se nos puede atravesar un infarto, un microbús, un cáncer, y ya estuvo. Razón por la que no hay tiempo que perder en la aplicación de una lista pequeña y realista de cosas por hacer.

En esas reflexiones estaba cuando me entero de la muerte del futbolista Tomás Boy, víctima de una tromboembolia pulmonar. Ahí está la prueba, un giro inesperado del cuerpo y se acabó... ni a las 4 mil semanas llegó, porque murió a los 70 años. No le tenía especial aprecio a Boy, pero su caso encaja con mi lectura en cuanto a lo frágil de todo esto y la enorme cantidad de cosas que hay por hacer en la vida... que tenemos que ir racionando conforme el reloj biológico avanza....

martes, 8 de marzo de 2022

Los Días de Radio de Sosa Plata

 


Directamente de la mano de su generoso autor recibí este libro, que actualiza todo lo que sabíamos sobre la historia de la radio en México. 

Gabriel Sosa Plata es un académico de los medios de toda la vida y actualmente es el director de Radio Educación. 

Se agradece que es ágil, surgido de investigaciones académicas pero aquí traducido a un leguaje sencillo, de divulgación. 

Texto indispensable para estudiantes de Comunicación y periodismo y, por qué no, para quienes estén interesados en esta industria apasionante que, como aquí se aprecia, no ha estado exenta de intereses y desencuentros.

lunes, 7 de marzo de 2022

AMLO ¿rodeado de ángeles?


El miércoles pasado Luis Carriles publicó en su columna Aguas Profundas el texto “Andy y los sin calcetines”, un grupo de mirreyes de camisa abierta y zapatos sin calcetines, bebedores de champaña, que se dedican a arreglar broncas de proveedores en Pemex y dicen ser amigos de Andrés, el hijo del presidente López Obrador.

En juzgados está rebotando el nombre del ex consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, como parte de un entramado de extorsión de empresarios y personajes públicos, idéntico al que tuvo a su vez Enrique Peña Nieto en su sexenio, en esa misma posición.

El otro hijo del presidente, José Ramón, también ha estado, desde el 11 de febrero pasado, en el ojo del huracán público por su suntuoso estilo de vida, ligado de manera muy sospechosa al proveedor de Pemex, Baker Hughes.

La paraestatal Seguridad Alimentaria Mexicana, Segalmex, la pretendida nueva Conasupo, dirigida por el mentor del presidente, Ignacio Ovalle, no tiene cómo comprobar qué pasó con 5 mil millones de pesos mal ejercidos o desviados, de lo que ha dado cuenta la Auditoria Superior de la Federación. 

Manuel Bartlett e Irma Eréndira Sandoval no pudieron explicar convincentemente sus abultadas propiedades inmobiliarias.

El Presidente de la República, fiel a su costumbre, se bloquea, entra en negación y ataca a sus críticos, se asume rodeado de ángeles impolutos, incapaces de traicionar su confianza o de incurrir en debilidades o excesos. Voltea la narrativa y se dice igual de agredido que Francisco I. Madero previo a su martirologio.

Alguna vez dijo que en materia de corrupción sólo metía las manos al fuego por su esposa y su hijo más pequeño. En los hechos defiende a todo su entorno cercano, familiar y de gobierno. Supone que como él es austero y honesto, en automático todos los demás cercanos lo son sin mancha de duda.

Esta debilidad de carácter se entiende y es muy humana, pero tiende a sesgar su actuación. La lucha contra la corrupción es para él el eje de todo su trabajo, y hace bien, ningún presidente moderno le había entrado en serio a ese tema, pero cree que una vez que tomó posesión, aquella desapareció por arte de magia.

Creer que el pueblo es bueno, los ricos malos, los españoles tramposos, los medios completamente corruptos, su gobierno 100% honesto, su familia incapaz de un error de juicio, entre otras fijaciones suyas, son prejuicios que nublan su entendimiento y afectan su tarea de gobierno.

Entre esas creencia mágicas está la más peligrosa: la de que el Ejército es incorruptible, no tiene apetito de poder y es incapaz de violar derechos humanos. Que si lo hizo en el pasado fue por obedecer órdenes de los civiles que estaban al mando, es decir los ex presidentes neoliberales. Que la milicia son pueblo uniformado y por lo mismo incapaces de corromperse, o de vincularse con delincuentes, o de violar las garantías individuales de la ciudadanía.

Por esa garantía de honestidad es que les ha entregado todo: la seguridad pública, la administración de puertos, de carreteras, la construcción de sus obras más preciadas, su tren, su aeropuerto, reparten vacunas, gas, porque ellos son incapaces de fallarle. Nadie jamás haría negocios turbios ni se ensuciará las manos. No podrían, es impensable, son pueblo.

Y decimos nosotros que también son humanos, y capaces de tener manzanas podridas, que históricamente se ha documentado connivencia de encargados de zonas militares con delincuentes, que hubo un general Gutiérrez Rebollo un Quirós Hermosillo y similares, que existen cientos de carpetas de delitos cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas que ventilan diariamente los tribunales militares, que las comisiones de derechos humanos, entre ellas la nacional, no dejan de recibir quejas.

Es decir, que no por mucho idealizar al pueblo bueno y al Ejército resulta que tiene que ser cierto. No se duda de la integridad en general de la milicia, pero sí de lo que algunos de sus miembros puedan hacer y pensar si se sienten cubiertos por un manto de impunidad que les va a justificar lo que sea. Eso es muy riesgoso para el país, la seguridad y la democracia.