lunes, 11 de marzo de 2024

Cuidados paliativos en riesgo

 


(Columna publicada originalmente en El Sol de México)


La crisis de desbordada producción y tráfico de fentanilo entre México y Estados Unidos, cuando menos desde hace exactamente diez años, tiene como rehén colateral al sector médico, que lo usa como anestésico y como un opioide sintético para aliviar el dolor extremo en pacientes con enfermedades terminales.

El presidente López Obrador dijo apenas en septiembre del año pasado que es partidario de analizar alternativas que sustituyan el fentanilo para fines médicos por otros sedantes, lo que permitirá prohibir su importación al país (y por ende su tráfico ilícito como droga recreacional hacia Estados Unidos), medida que es rechazada por el sector médico, ya que de momento no existen fármacos más poderosos para calmar dolores que los opioides, naturales y sintéticos.

Ya con elecciones en puerta, con los políticos distraídos en cosas distintas a preservar a los mexicanos de una muerte digna y sin dolor, el tema no ha avanzado ni en el sector gubernamental ni en el legislativo.

Esta semana platicamos con la doctora Carmen de la Fuente Hontañón, vicepresidenta de Cuidados Paliativos Sin Fronteras, quien nos confirmó que sólo el 9% de la población mundial consume el 94% de los opioides disponibles. Esto significa que 5 mil millones de personas tienen escaso o nulo acceso a ellos (principalmente en África); 250 millones tienen acceso moderado (entre ellos los mexicanos); y 460 millones acceso alto, sobre todo países del primer mundo.

Es decir, pese a su facilidad de cultivo, el mundo sufre una carencia de opioides para uso médico, situación empeorada por una reglamentación restrictiva excesiva y altos costos de medicamentos alternos menos efectivos.

El panorama de los cuidados paliativos en México ha ido evolucionando en los últimos años, aunque todavía enfrenta desafíos significativos. Algunos aspectos clave son:

Acceso desigual: aunque ha habido avances en la disponibilidad de servicios de cuidados paliativos en algunas partes del país, el acceso sigue siendo desigual. Las áreas urbanas suelen tener mejores servicios en comparación con las zonas rurales y remotas.

Necesidad creciente: con el envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas, hay una creciente necesidad de cuidados paliativos en México. Esto incluye no solo el cáncer, sino también enfermedades como enfermedades cardíacas, enfermedades respiratorias crónicas y enfermedades neurodegenerativas.

Infraestructura y recursos limitados: aunque hay un número creciente de hospitales y centros de salud que ofrecen servicios de cuidados paliativos, la infraestructura y los recursos siguen siendo limitados. Esto incluye la falta de personal capacitado en cuidados paliativos, medicamentos adecuados y equipos especializados.

Falta de conciencia y educación: muchas personas en México aún desconocen los cuidados paliativos y su importancia en el manejo del dolor y el sufrimiento asociados con enfermedades graves. Se necesita más educación y conciencia pública sobre este tema, tanto entre el público en general como entre los profesionales de la salud.

Por lo pronto, urge salir de un mediano acceso a opioides, para pasar a un acceso generalizado y barato de los mismos. No es un tema sexy, políticamente hablando, pero es necesario en materia de preservar el derecho humano a una muerte digna.


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