lunes, 18 de marzo de 2024

“Golpe de Estado técnico”

 


(Columna publicada originalmente en El Sol de México)


De manera muy irresponsable, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, preguntó esta semana al INE y al Tribunal Electoral si están fraguando un “golpe de Estado técnico”, en vista de la “censura” de la que es objeto por parte de esas dos instancias que le impiden hablar de temas electorales. 

La sola insinuación es dolosa y cumple con la máxima del hampa del periodismo, que él tanto repudia, de que “la calumnia cuando no mancha, tizna”. Él siembra en el imaginario la narrativa sin bases reales de que ambos son órganos al servicio del conservadurismo y que van a trabajar en contra de Morena en la elección de junio próximo, cuando sólo están aplicando la legislación promovida por él mismo en sexenios anteriores, cuando era oposición y pedía a los ex presidentes sacar las manos de las elecciones, no opinar y callarse (“¡Cállate chachalaca!”)

Busca de esta manera debilitar a los órganos electorales metiendo la duda, la cizaña, de igual manera que ha buscado debilitar a los empresarios, a los periodistas, a los organismos medio ambientales, a los padres de Ayotzinapa, a los padres de niños con cáncer, feministas o cualquier grupo opositor, acusándolos de ser “golpistas” mediáticos o injerencistas foráneos. 

Debilitar al árbitro electoral es peligroso para la democracia y aun para el propio interés del grupo en el poder. No conviene ni a Morena ni a su candidata, que surgirían avalados por entidades de dudosa moralidad. 

Al tiznar la reputación del INE y del Tribunal, el presidente busca curarse en salud por si alguno de sus resultados no le gustan o no le convienen. Dirá que ya habían enviado señales de parcialidad y no son confiables, azuzando el conflicto post electoral, fomentando la judicialización del mismo y, en suma, inaugurando un periodo de ingobernabilidad para ver si puede salirse con la suya. 

Claudia Sheinbaum, por el contrario, ha dicho que confía en los órganos electorales, que la de junio será una jornada cívica de gran afluencia de personas, en el contexto de un país que trabaja en paz y en calma. Otro estilo, menos estridencia, menos polarización.


Al respecto, recomiendo el artículo de Mauricio Merino, que también aborda las intenciones del Presidente al hablar de golpes de Estado…:

“A la luz de esa secuencia, temo que el presidente está trabajando dos escenarios y nada más: el triunfo arrollador de Morena o el llamado a la revuelta popular”






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